Una sala de espera. Varias sillas y un revistero. Un “ente indefinido” está en la recepción. Un espíritu espera a ser atendido sentado en una silla. Hay humo por la escena y luz fantasmal.
ESPÍRITU 1: ¿Reencarnaciones?
ESPÍRITU 2: Sí, es aquí.
ESPÍRITU 1: ¡Menos mal! Creí que me había equivocado de nuevo. Vengo del Purgatorio y vaya trabajito que me ha costado salir de allí. ¿Va por número?
ESPÍRITU 2: No, van llamando ellos.
ESPÍRITU 1: Gracias.
(Pausa)
ESPÍRITU 1: ¿No sabrá qué les queda a estas horas? ¿no? Llego tarde y me han dicho esta mañana que había puestos estupendos. De primera calidad. Que habían liberado “cantante de rock con éxito” y “presidente de la república”. A ver si tengo suerte…
ESPÍRITU 2: Por lo que me han dicho ahora mismo hay vacantes “juez” y “concejal de urbanismo”. Pero vamos…, lo que ellos te den.
ESPÍRITU 1: La burocracia…
ESPÍRITU 2: La burocracia…
ESPÍRITU 1: No somos nadie.
ESPÍRITU 2: Y que lo diga.
(pausa)
ESPÍRITU 1: Bueno, no son malos puestos.
ESPÍRITU 2: Para nada.
ESPÍRITU 1: ¿Y qué elegiría usted?
ESPÍRITU 2: Juez, sin duda. Pero no se puede elegir.
ESPIRITU 1: Una pena.
ESPIRITU 2: Si se pudiera…
(pausa)
ESPÍRITU 1: A mí mi juez no me va mucho. Ya en la otra vida tuve problemas con varios jueces. Aunque bueno, se gana un buen sueldo.
ESPÍRITU 2 ¿Qué fue en la otra vida?
ESPÍRITU 1: Banquero.
ESPÍRITU 2: Ah, muy bien, muy bien. Yo trabajaba en una ONG. Un trabajo muy duro, pero muy reconfortante. Me mataron en una favela, en Sao Paulo.
ESPÍRITU 1: Vaya por dios. A mí me atropelló un coche. Muerte natural en estos días.
ESPÍRITU 2: Vaya por dios.
ESPÍRITU 1: Hablando de Dios… Mira que me he muerto veces y todavía no le he visto. ¿Usted le conoce?
ESPÍRITU 2: De vista…
(pausa)
ESPÍRITU 1: No somos nadie.
ESPÍRITU 2: No somos nadie.
ESPÍRITU 1: Y que lo diga.
ESPÍRITU 2: Y que lo diga.
(pausa)
ESPÍRITU 1: Yo llevo fatal esto de ser un espíritu. Ni se puede comer, ni beber. Echo de menos hasta cagar, perdone las malas palabras.
ESPÍRITU 2: Toda la razón que lleva.
ESPÍRITU 1: Y luego, que te mueres y dices, pues voy a descansar… y de descansar nada. Que si cielo pa arriba, que si infierno pa abajo, que si ahora toca limbo, que si purgatorio…vaya, que trabajo más aquí que cuando estaba vivo.
ESPIRITU 2: La burocracia…
ESPÍRITU 1: La burocracia…
ESPÍRITU 2: No somos nadie.
ESPÍRITU 1: Y nos tratan como si fuéramos invisibles.
(pausa)
ESPÍRITU 1: ¿Y usted, recordaba algo de su anterior vida? Le voy a contar un secreto… yo lo recordaba todo, no nítidamente, pero sí muchos recuerdos: el espíritu de mis otras vidas estaba intacto en las nuevas.
ESPIRITU 2: ¡No me diga! Yo creí que era el único. Me da usted una alegría. Yo lo recordaba todo, pero claro, no podía decírselo a nadie, porque te toman por loco. A lo mejor somos una anomalía.
ESPÍRITU 1: Sin duda, sin duda.
ESPÍRITU 2: Pues nada, a ver si en la próxima vida nos encontramos y compartimos alguna conversación.
ESPÍRITU 1: No lo dude, yo pienso buscarlo en cuanto me quiten los pañales.
ESPÍRITU 2: Claro, claro.
(pausa) (Miran los dos al “ente recepcionista que habla por teléfono”)
ESPÍRITU 1: La burocracia…
ESPÍRITU 2: La burocracia…
(Pausa)
ESPÍRITU 1: No somos nadie.
ESPÍRITU 2: Cómo lo sabe usted.
(Pausa)
ESPÍRITU 1: Pues, estoy pensando que… ¿podríamos ser socios usted y yo?
ESPÍRITU 2: ¿Socios? No entiendo. No sé qué tienen que ver un juez con un concejal de urbanismo.
ESPIRITU 1: Pues eso…
ESPÍRITU 2: ¿Qué?
ESPÍRITU 1: ¿Cómo que qué?
ESPÍRITU 2: ¿Que qué tiene que ver?
ESPIRITU 1: ¿Cómo quiere que le diga?
ESPIRITU 2: Sigo sin entenderle.
ESPÍRITU 1: Pues está bien claro.
ESPÍRITU 2: Lo estará para usted…
ESPÍRITU 1: Hombre, yo creo que está bastante claro… no sé si me entiende, pero yo creo que sí, que me entiende perfectamente. (hace incisos en la última frase)
(pausa larga)
ESPIRITU 2: Pero… ¿por quién me toma? ¡Qué desvergüenza! Intentando ya comprarme sin todavía haberme sacado la oposición de juez. Es usted la vergüenza de los espíritus. Suerte que no le denuncio y vuelve usted al limbo, porque vamos, es lo que tendría que hacer.
ESPÍRITU 1: Bueno, bueno, no se enfade. Yo solo quería… pues, ver cómo reaccionaba usted, si era trigo limpio… no creerá que yo…
ESPÍRITU 2: Y encima ahora me trata de tonto…
ESPÍRITU 1: Oiga, oiga… que yo a usted no le he tratado de nada.
ESPÍRITU 2: Me he quedado con su cara y como me lo encuentre yo en la próxima vida, se va a enterar del paquete que le voy a meter.
ESPÍRITU 1: ¡Pero qué paquete ni qué paquete! Que yo le he dicho unas cosas aquí, pero esto no es la vida… eso no cuenta en la Tierra.
ESPÍRITU 2: ¡Desde luego que cuenta! Yo es que a gente de su calaña la dejaba toda la vida dando vueltas por los siete cielos, pa arriba y pa abajo…ahí sí que se iban a entretener… y se le pasaban las ganas de delinquir.
ESPÍRITU 1: Mejor lo dejamos, mejor lo dejamos, porque nos estamos calentando y vamos a terminar diciendo cosas que no queremos…. (Pausa) Parece que ya nos llaman.
(pausa larga. Los dos se miran, incómodos)
ESPÍRITU 1: La burocracia.
ESPÍRITU 2: Sí, la burocracia mis cojones.
(pausa)
ESPÍRITU 1: ¡Me llaman! (Se levanta y va al mostrador para hablar con el ente recepcionista)
RECEPCIONISTA: Le han asignado para la otra vida “juez”. No puede rechazarlo. Si no está contento y decide abandonar el cuerpo suicidándose tendrá una penalización de cinco reencarnaciones y bajará veinticinco niveles de conciencia. ¿Está usted de acuerdo?
ESPÍRITU 1: ¿Juez? Me había hecho a la idea de que iba a ser concejal de urbanismo… pero, bueno, juez no me disgusta. ¡Vaya suerte! ¡Me ha tocado la lotería!
RECEPCIONISTA: Acepta entonces.
ESPÍRITU 1: Acepto, acepto. Lo contenta que se iba a poner mi madre si me viera, claro, que aquí el concepto de madre es algo confuso. Acepto encantado.
RECEPCIONISTA: Diríjase con este volante a materialización del espíritu: allí le asignarán un cuerpo.
ESPÍRITU 1: ¿Y puedo elegir el cuerpo de Brad Pitt?
RECEPCIONISTA: Cuando alcance las veinticinco vidas acumuladas sin sexo.
ESPÍRITU 1: Entonces mejor no.
(El otro espíritu desde su silla lo mira)
ESPÍRITU 1: Lo ha visto, al final me ha tocado a mí ser juez. ¡Pero qué suerte!
ESPÍRITU 2: Enhorabuena, espero que sea usted un juez justo.
ESPÍRITU 1: Y usted un buen concejal de urbanismo. Ah, y que le sea leve. La burocracia, en esos puestos, suele ser complicada. Me acordaré de usted y de sus palabras en la próxima vida. Ya sabe que yo lo recuerdo siempre todo, todo, todo. Buenos días.
ESPÍRITU 2: Buenos días.
(pausa. El ESPÍRITU 1 sale) ESPÍRITU 2: (Dirigiéndose al recepcionista) ¿Perdone? ¿Y la eutanasia, a cuánto sale? Es para un amigo…