¿Qué es el Club de escritura?
Alfonso Salazar

El Club de Escritura parte de una idea sencilla: como monitor considero que las personas aprenden a escribir leyendo y compartiendo sus propios textos con potenciales lectores, en un marco de trabajo compartido.
A diferencia de un curso convencional, el Club tiene inicio, pero no tiene fin: hay miembros que siguen participando en los clubes desde hace años, como quien acude a un gimnasio, pues el Club no se estructura esencialmente como un curso progresivo, (en el cual fuese necesario cursar 1º para hacer 2º, etc) sino que sus miembros pueden incorporarse cuando quieran y darse de baja al final de cualquier trimestre. Hay personas que llevan varios años en el mismo club, creando grupo, compartiendo interés, afición, conocimiento y expresión artística.
Esta estructura flexible hace que la incorporación al club no precise de formación previa: cada grupo es heterogéneo, con miembros con mucha experiencia y otros con menos. Cada grupo cuenta con 8 o 10 personas. Incluir a cada persona en uno u otro depende de la disponibilidad de cada cual, pero siempre recomiendo un grupo que le sea más armónico y apropiado -para lo cual pido siempre leer unos textos de prueba-. El Club simultanea las modalidades remoto y presencial, de esta manera, siempre hay miembros conectados por Zoom y miembros presenciales en sala, en la misma sesión.
Esencialmente cada grupo tiene una misma dinámica y es muy distendida. Cada trimestre consta de sesiones de dos horas -una sesión por semana, quincena o mes, según la regularidad elegida-.
Para cada sesión planteo una propuesta de escritura creativa para la sesión siguiente. Cada miembro me envía, el día antes de la sesión del Club, su texto, el cual preparo para su proyección en la sesión y envío anticipadamente todos los textos recibidos a todos los miembros del grupo. Durante la sesión se procede a leer -en silencio- cada texto, que será bien proyectado en pantalla (para los presenciales) o compartida en ordenador o móvil (para los miembros en remoto).
Las propuestas creativas son muy variadas pueden ser textos descriptivos, experimentación con géneros literarios diversos, relatos, juegos creativos, resúmenes, prácticas de estructura narratológica, poesía, microrrelato… A veces las propuestas se encadenan de sesión en sesión, formando una ‘macropropuesta’. Dispongo de una batería de más de 300 propuestas de trabajo y preparo el trimestre de manera equilibrada, como una dieta adecuada al nivel de cada grupo.
Durante la sesión, una vez leído cada texto, el resto de miembros del Club dan su opinión sobre el mismo. Este es un momento capital: el miembro-autor escucha las opiniones del resto, como si de un comité de lectores se tratase. Yo parto de la convicción de que quien escribe debe tener la mente abierta a las opiniones de los lectores. Considero que se aprende tanto leyendo como escuchando la opinión de los demás, a veces se tienen grandes aciertos y otras veces menos, y eso es también aprendizaje. En esta fase puede haber miembros más participativos y otros más reservados. Como coordinador nunca obligo a un miembro a que dé su opinión.
Posteriormente intervengo, como coordinador, sobre cada texto. La propuesta hecha tiene siempre un objetivo de fondo: tratar de un tema concreto sobre la escritura que sea de interés para los miembros del Club (pueden ser muy diversos: puntos de vista de voz o focalización, el empleo de la adjetivación y descripción, ejercicios de escritura bajo presión, aplicación de estructuras narrativas, estilos de escritura, estímulo de la creatividad, trabajar sobre la experiencia vital propia, uso del diálogo…). A veces debo improvisar, pues puede ser que un texto suscite algún tema imprevisto, que yo considere de interés para el grupo. Si bien no se trata sobre el carácter académico o científico del objetivo, a veces expongo herramientas con presentaciones, o bien, ofrezco textos literarios o académicos que consultar. Mi tarea incluirá la corrección del texto sobre la marcha, en directo, atendiendo a aspectos gramaticales, resolviendo dudas ortográficas, y profundizando en las estructuras y en los contenidos del texto conforme al objetivo marcado.
Así se procede con todos los textos del grupo, de manera que cada miembro es autor de un texto y lector del resto. Cada cual aprende con su propio texto, pero también aprende con las sugerencias y correcciones que el coordinador hace sobre los textos del resto de miembros del Club.
Una vez corregido el texto de cada cual, los vuelvo a enviar a todos los miembros para que cada persona repase su texto de manera individual. Una selección de los mejores textos del curso se suben a la revista de la escuela.
Los clubs no son una modalidad al uso de curso o taller, pero compatibilizan los aspectos creativos de cada miembro con un trabajo de grupo y propician compartir conocimiento y experiencia, así pues, como en los clubs de lectura, pero con textos propios y una finalidad didáctica.
En definitiva, un Club es un laboratorio (donde se reproducen las condiciones de escritura y lectura), un ‘gimnasio‘ (donde se estimula d emanera continuada la imaginación y al cadencia escritora) y un taller (pues se comparten textos, experiencias y se trabaja en conjunto).
Como laboratorio experimentamos, reproducimos a pequeña escala las condiciones de creación, las circunstancias favorables y desfavorables que acompañan al proceso creativo. Actuamos en conuunto en simulaciones del estado creativo, buscando soluciones, probando estructuras y técnicas. Como laboratorio se estimula la constancia y la dedicación. Por eso hay diversas regularidades: semanal, quincenal y mensual).
Es un taller porque se comparte lo que se lee, se hace público. Los miembros comparten sus trabajso, sus creaciones, y a veces trabajan piezas en conjunto. Es un taller porque analizamos, bajo supervisión del coordinador, los errores y aciertos del ‘artefacto creativo’.
Finalmente, el Club es un ‘gimnasio’ porque reúne con regularidad a sus miembros para que ejerciten la imaginación, la creatividad y el espíritu crítico. El coordinador estimula diversos recursos expresivos y fija objetivos de reflexión y abre campos de conocimiento a la experimentación creativa.

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