El amanecer me ha sorprendido volviendo a casa. Hace un día precioso. El cielo está azul, los pájaros cantan y revolotean con los primeros rayos de luz. Ha sido una noche larga, me duelen los pies y me pesan los párpados, pero el cielo está azul y ha merecido la pena. Me encanta cerrar discotecas. Mañana llamaré a Antonio y me disculparé, me he pasado. He bebido de más.
Ardo en deseos de llegar a casa, de desmaquillarme y de meterme en la cama. El cielo azul me seguirá mirando desde la ventana y dormiré abrigada por su luz. Tengo que pintar un cuadro azul, como el cielo, como el mar, azul cian.
– ¿Hola? ¿Hay alguien en casa? ¿Estás en el baño? Podías cerrar la puerta para bañarte… Vengo cansadísima. Me voy a acostar. Entro a desma qui llar me…
Me miras, pero no me ves. Te toco, pero no me sientes. Estás frío. Nunca había tocado un cadáver. Nunca había tocado nada tan frío. Intento ayudarte, no puedo. Busco tu respiración, no la encuentro. El agua está fría, como tú, como tus ojos azules, como el cielo que me sigue observando. Intento ayudarte, no puedo. Tengo que pedir ayuda. No sé si correr, huir, tumbarme a tu lado… ¿Por qué me has hecho esto? No hay tiempo para pensar en eso. Te tengo que ayudar.
– Voy a llamar al 112. Me hago un café y vuelvo. No te muevas.
Voy a la cocina. Me tiembla el pulso. Oigo un ruido. ¿Se habrá levantado? No tenía que haberlo dejado solo. Joder. Se me cae la leche. No puedo pensar. Estoy sola en casa con un muerto. Me mira, como el cielo. Veo su brazo desde aquí. Estoy asustada. Cojo el teléfono.
– Hola. Mi compañero de piso se ha suicidado y está en la bañera. No, no respira. Veinte. Tomaba medicación. Tiene una cuerda alrededor del cuello, la de escultura. Está vestido. Creo que voy a vomitar. No lo sé. Tengo miedo. ¿Nos puede ayudar? No puedo salir, no me responden las piernas. He llegado hace poco de la discoteca, él se fue antes que yo, a las dos. Con una amiga. No lo sé. Estará durmiendo. No, no vive aquí. Estoy sola. Tengo miedo. ¿Nos puede ayudar? Tenía la puerta del baño abierta. Oigo ruido. Creo que se mueve. ¿Nos puede ayudar? ¿Van a tardar mucho? No lo sé. No. Seguro. Estoy tomando café. Estoy sola con él. Tengo miedo. ¿Puede llamar a mi madre? No me acuerdo. No me acuerdo. Tengo miedo. Voy a colgar…
Cuelgo. Mi vestido preferido está lleno de café. Me tiembla el pulso. Noto la orina caliente. Vuelvo a coger el móvil. -¿Geor? Estoy con el muerto. ¿Qué Antonio? No sé de quién hablas. Tienes que venir. Creo que se ha levantado. Oigo ruido. Seguro que tiene hambre, siempre cuando viene de fiesta tiene hambre. Está azul ¿sabes? Azul cielo, azul mar, azul cian.