«Excelencia, acompaño a esta misiva la que mi buen amigo D. Eduardo Comín Colomer me adjunta para su urgente conocimiento y, claramente, para que su Ilustrísima tenga a bien y vea oportuno ordenar, el inmediato ingreso en prisión de la conocida como María “de la Libertad” Estévez Llanos por el bien de España y de Dios, en salvamento de la Cristiandad.
El Señor Comín, Inspector de Policía, Profesor de la Escuela de la misma y Secretario Técnico de la División de Investigación Social de la Dirección General de Seguridad es, antes que todo esto, un valiente patriota aragonés y claramente entregado a la causa que nuestro nacional catolicismo le obliga y obliga a todos los españoles bien nacidos dedicándole su vida si fuera necesario.
Sin más, le ruego su lectura.
Atentamente le saluda por la gracia de Dios nuestro Señor.
Manuel de las Heras y Rojas de la Guardia Salmerón.
Legionario y Comandante Primero del Tercio del Gran Capitán.»
«Muy Señor mío,
Siguiendo sus órdenes pude, finalmente, introducirme en la Logia del Grande Oriente Nacional de España y, como ya suponíamos, escandalizarme por sus claras intenciones golpistas y anarquistas. Para ello, baste mencionarle dos documentos probatorios:
Primero: En su Acta de Constitución los francmasones dicen que: “Son sus principios la Moral universal y la Ley Natural dictadas por la Razón y definidas por la Ciencia” y
Segundo: Por otro lado, en sus Estatutos, la Institución Libre de Enseñanza indica que: “Ésta es completamente ajena a todo espíritu e interés de comunión religiosa, escuela filosófica o partido político; proclamando tan sólo el principio de la libertad e inviolabilidad de la ciencia y de la consiguiente independencia de su indagación y exposición respecto de cualquier otra autoridad que la propia conciencia del Profesor”
Alertado por tamaños despropósitos, pero manteniendo alto sigilo, he podido tomar nota de algunas de las enseñanzas que la susodicha María D.L.L. Estévez Llanos impartió los días 20, 24 y 28 de Abril de 1932 en el Salón de Actos de la “Institución” con presencia de numerosas mujeres y masonas que, con ello, renegaban de los cuidados de sus hijos, maridos y hogares españoles.
María, entre otras barbaridades de las que tomé buena cuenta, habló de igualdad entre hombres y mujeres; integración de estas en el cuerpo general de la sociedad con acceso a la formación cultural y a la realización profesional; los cuidados y desarrollo del cuerpo, que han de ser paralelos al del espíritu; el rechazo del libro de texto prefiriendo una educación práctica formada, por ejemplo, con viajes y excursiones e insistió en que la labor de las maestras consiste en despertar y mantener vivo el interés del niño excitando sus pensamientos, sugiriendo cuestiones y ampliando con otros nuevos sus puntos de vista. (Ver mis notas Cuaderno 16 apartado 22).
En definitiva, este tipo de mujeres están consiguiendo arrancar del corazón de muchos maestros todo sentimiento de piedad cristiana y de amor a la gran patria española, ideales únicos capaces de hacer fecunda la labor docente y, por ello, recomiendo su inmediato ingreso en la cárcel de Ventas.
Siempre a sus pies, Eduardo Comín Colomer, un soldado más de nuestra España.»
«Queridas hijas mías y mi amado Manuel, estas pocas letras para deciros que ni el frío ni el hambre acabarán jamás con mi amor por vosotros. Quiero pediros perdón por haberos abandonado, pero bien sabe Dios que no fue por mi voluntad sino por la de aquellos que ahora dicen representarnos. No me olvidéis nunca porque así seguiré viva. Os amo con toda mi alma. Libertad, mujer y maestra.»
Me encanta como escribes Mario 😍