Dos hombres en escena, colgados de arneses (invisibles). Detrás de ellos el espacio. Muchas luces y con mucho movimiento. En cada salto la luz se apagará del todo.
Salto 1
Hombre 1: Otra vez
Hombre 2: Otra vez
H1: No cambia mucho
H2: No cambia.
H1: Nada.
H2: No cambia.
H1: Bueno.
H2: Eso, bueno.
H1: Llegará un día que…
H2: Nos cansaremos…
H1: Eso pensaba yo.
H2: Bueno, otra vez.
H1: Ya llega
H2: Treinta segundos
(Pausa)
H1: Estamos atados
H2: Lo estamos
H1: Alguna vez nos podrán sacar
H2: No lo sé
H1: Hasta ahora
H2: Hasta ahora
H1: ¿Moriremos?
H2: ¡No lo sé!
Salto 2
H1: Yo creo que morir, morir…
H2: No parece que…
H1: Pero, ¿qué ha fallado?
H2: En el papel que firmamos ponía que podía fallar.
H1: No lo leí. ¿Lo leí? No lo leí. ¿Lo leí? No lo leí.
H2: Firmamos ese papel
H1: Aceptamos este destino.
H2: Eso parece.
H1: Eso parece.
H2: Estamos atados.
H1: De pies y manos.
H2: Aquí llega.
H1: Nos veremos ahora.
H2: Cada vez llega antes.
H1: El tiempo es relativo.
H2: Y que lo digas.
H1: Hasta luego.
Salto 3
H1: Así que la empresa de viajes en el tiempo tenía fallos temporales.
H2: Qué ironía.
H1: Lo que uno menos espera de una empresa de viajes en el tiempo es que falle en el tiempo.
H2: Y ahora estamos aquí.
H1: Viajando en el tiempo.
H2: Y volviendo al pasado treinta segundos.
H1: Durante treinta segundos. Una y otra vez.
H2: En bucle.
H1: Yo quería viajar al pasado, pero no a hace treinta segundos.
H2: También es verdad que, si nos sacan de aquí, no podremos denunciarlos. Estamos viajando en el tiempo.
H1: Claro.
H2: Pero, ¿podrán arreglarlo?
H1: No lo sé.
H2: No podemos morir.
H1: Imagino que no.
H2: Así que somos inmortales.
H1: Inmortales durante treinta segundos.
H2: Bueno, al menos no tenemos que comer.
H1: A mí me gusta comer.
H2: A mí también, la verdad.
H1: Bueno, ya llega.
H2: Hasta ahora.
Salto 100
H1: Me quiero morir.
H2: Y yo.
H1: No puedo más
H2: Esto es insoportable.
H1: Pero no nos podemos matar.
H2: No hay manera
H1: ¿Y si dejamos de respirar?
H2: ¿Durante 30 segundos?
H1: Sí, quizá es poco tiempo.
H2: Sí, diría yo.
H1: ¿Y si me ahogas?
H2: Creo que es lo mismo.
H1: ¿Y si yo te ahogo a ti?
H2: Vamos a dejarlo.
H1: Pégame.
H2: No creo que funcione.
H1: Sí, hombre. Pégame fuerte, así me matas.
H2: Ya…
H1: ¿No lo vas a hacer?
H2: Creo que ya llega.
H1: Sí, ya llega.
Salto 500
H1: Entonces, somos inmortales.
H2: En cierto modo sí
H1: Interesante.
H2: No sé qué decirte.
H1: En el fondo, somos semidioses.
H2: No creo que seamos nada.
H1: Si no podemos morir, y no nos podemos matar… Tú me dirás qué somos…
H2: Vamos a dejarlo. No tengo ganas de pensar.
H1: ¿Alguien de la empresa sabrá que estamos así? ¿Nuestros familiares nos estarán echando de menos?
H2: No creo. Estamos viviendo los mismos treinta segundos durante todo este tiempo. El tiempo para nosotros sigue igual.
H1: ¿Cómo?
H2: ¿Qué desayunaste antes de venir aquí?
H1: Pues no sé, lo que desayuna todo el mundo. Un café, una tostada.
H2: Pues esa comida está en tu estómago todavía.
H1: Imposible
H2. Para ti el tiempo ha pasado, pero sigues viviendo en el mismo día.
H1: ¿Cómo?
H2: Lo que oyes.
H1: Me estoy empezando a encontrar mal. Creo que voy a vomitar (vomita). Ah, pues sí, el café y la tostada. Estaban buenas.
Salto 3000
H2: Yo creo que el átomo en un estado de indecisión no somatiza la norma de imperfección. Crea su entorno.
H1: Qué razón tienes.
H2: Pese a todo, las moléculas indecisas sí mutan a un estado primigenio de catarsis cuántica, recorriendo partes desconocidas en el interior de los átomos.
H1: Ahí le has dao.
H2: Quizá por eso los neutrones no se han separado del núcleo antes y el tiempo se ha plegado en el espacio de manera repetitiva.
H1: Si es que cuando llevas razón, pues llevas razón.
H2: ¿Pero me has entendido?
H1: Ni una palabra.
H2: Pues ya lo tengo.
H1: ¿Que tienes qué?
H2: Que sé la forma de salir. Si ajustamos los tiempos al os espacios temporales y ampliamos las moléculas de nuestros trajes para que el átomo crea que está teniendo una catarsis pentoteica, estoy seguro de que saldremos.
H1: No me jodas.
H2: Vamos, que es la última ronda.
H1: Pues a esta invito yo.
H2: Se acabó.
H1: ¿Estás seguro?
H2: Sí.
H1: ¿Nos volveremos a ver?
H2: Espero que no.
H1: Sí, quizá sea lo mejor.
H2: ¿Perdona?
H1: ¿Sí?
H2. ¿Te puedo hacer una pregunta antes de que esto acabe?
H1: Sí, claro, la que quieras, que hay confianza.
H2 ¿Y cómo coño te llamas? Se apagan las luces.